978-84-15458-60-9
La extraordinaria historia de dos tuertos
ROBERTO ARLT
Editorial: Eneida Fecha de publicación: 10/09/2014 Páginas: 128Formato: Rústica, 21 x 13 cm.
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Este libro es la primera edición de las Aguafuertes cariocas, integrado por cuarenta crónicas nunca antes reunidas en formato de libro. Aquí se presentan las aguafuertes que Roberto Arlt escribió durante su estadía de dos meses en Río de Janeiro, en 1930. Resulta sorprendente que estas crónicas no hayan sido reunidas en libro hasta ahora, manteniéndose desconocidas para los lectores. Tanto desde el punto de vista literario, como desde la perspectiva histórica o sociológica, los textos escritos por Arlt en Río de Janeiro se encuentran a la altura de lo mejor de su producción periodística. Pero además, por tratarse de las primeras crónicas que escribió fuera del país, estas aguafuertes cariocas funcionaron también como laboratorio para las notas de viaje que escribió después, a lo largo de su carrera. En los artículos que integran esta antología encontramos un retrato muy lúcido, preciso, con gran sentido del humor, no sólo del Brasil de 1930, sino también de la Argentina de la misma época. A las primeras notas, laudatorias, le siguen textos cada vez más críticos y cáusticos, en los cuales Buenos Aires y la sociedad argentina aparecen como el contrapunto moderno y civilizado para el atraso en que se encontraban Brasil y su capital de entonces. Sus últimas crónicas describen el retorno a la Argentina en la recién inaugurada línea aérea entre Río de Janeiro y Buenos Aires: diecisiete horas a bordo de un hidroavión, con numerosas escalas. Pocos meses después, sendos golpes militares acabarían con la República Vieja en Brasil y con la presidencia de Hipólito Yrigoyen en Argentina, trayendo cambios decisivos en la historia de ambos países. Estos textos memorables, que muestran a un Arlt argentinófilo, pasarán a formar parte del material imprescindible de lectura del genial escritor.
Roberto Arlt (Buenos Aires, 1900-1942) fue el precursor de la novela moderna, el treatro social y la narrativa existencialista en Argentina, y está considerado como uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX. Publicó novelas (El juguete rabioso, Los siete locos, Los lanzallamas y El amor brujo); teatro (Saverio el cruel, 300 millones y La isla desierta, entre otras); cuentos y sus célebres crónicas periodísticas conocidas como “aguafuertes”.
Roberto Arlt (1900-1942) nació en Buenos Aires en un hogar burgués. A los dieciséis años se va de casa y, tras vagar por un sinfín de oficios, comienza a trabajar como periodista y publica su primer relato, “Jehová”. En los años veinte escribe a destajo para toda suerte de publicaciones. En 1926 aparece su primera novela, El juguete rabioso, y en 1929 Los siete locos, su consagración como escritor inclasificable, áspero y polémico. Inicia entonces una serie de viajes por Uruguay, Brasil, España y el norte de África. En 1935 regresa a Buenos Aires, abandona prácticamente la novela y sus relatos derivan hacia el humor, lo grotesco y lo fantástico. Falleció prematuramente a causa de un infarto.
Los siete locos –y su continuación Los lanzallamas, incluida en este volumen– es una de las novelas más singulares y apasionantes de la literatura moderna. La trama sigue las desventuras de Erdosain, inventor fracasado que, tras ser descubierto en un desfalco, corre el riesgo de acabar en prisión. Decide entonces unirse a una sociedad secreta empeñada en derrocar al gobierno para instaurar un nuevo orden. A lo largo de la narración conoceremos los detalles de la vida privada de Erdosain y del resto de sus compañeros de conspiración, sórdidos y tragicómicos a veces, porque «los seres humanos son más parecidos a monstruos chapoteando en las tinieblas que a los luminosos ángeles de las historias antiguas».
Los siete locos es, entre otras cosas, la historia de una conspiración disparatada en la que participa Remo Erdosain, un personaje que cree tener su corazón lleno de inmundicia y que ronda interminablemente por los bordes de su propio abismo. Deambulando en pos de una utopía que devuelva el sentido a su vida, Erdosain recorre un Buenos Aires cubierto por la angustia. El mundo no tiene sentido porque no tiene dueño, o su dueño es un engendro falso, un ser pervertido, una equivocación de Dios. Ignora que se trata de un mundo construido sólo para hombres y mujeres prácticos y sin escrúpulos, como el Astrólogo y la Coja, individuos sabedores de que los seres humanos solo se mueven empujados por las mentiras, sean éstas grandes o pequeñas. No sabe que la estirpe de los vencedores se nutre de la falacia, del crimen y la demagogia, y que son, precisamente, aquéllos que anhelan la utopía los que más fácilmente serán víctimas del engaño.